CULTURA DE PAZ, DERECHOS HUMANOS Y EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA DEMOCRÁTICA
La educación es un proceso global de la sociedad, y como tal, una herramienta básica de creación y regeneración de la cultura. Y esta ultima la cultura, el modo de pensar y de operar, lo que permite que las personas nos situemos activa y críticamente en el mundo, vivamos en él y lo construyamos a nuestra humana medida. CONSTRUIR LA PAZ: FINALIDAD ÚLTIMA DE LA EDUCACIÓN Convivir en paz es un derecho humano reconocido a través del cuerpo jurídico que sostiene la democracia y representa un gran desafía para la humanidad.
POSITIVACIÓN DEL DERECHO HUMANO A LA PAZ
La Declaración Universal de Derechos Humanos es una base muy importante para afirmar el reconocimiento del derecho a la paz como un derecho de la persona. Su artículo 28 propicia no solo la instauración de mecanismos internacionales de protección de los derechos humanos, sino que, según Victoria Abellán Honrubia (1998) constituye el fundamento jurídico de la formulación de nuevos derechos cuyo contenido y ejercicio son específicamente internacionales. En estos momentos el derecho humano a vivir en paz, como derecho individual y como derecho colectivo constituye la piedra angular de todos los demás derechos humanos y de su interdependencia recíproca. Esto ha permitido su positivación jurídica y ha favorecido, por esta misma razón, que la paz represente la finalidad esencial del derecho a la educación y constituya la esencia del aprendizaje de la ciudadanía democrática. LA CIUDADANIA DEMOCRÁTICA: UNA CONSTRUCCIÓN SOCIAL
Podemos definir a la ciudadanía, en relación con la cultura de paz, como el rasgo esencial que caracteriza a los miembros de una comunidad que favorecen la convivencia pacífica (justicia social), se comportan de acuerdo a los valores éticos que dicta la paz como derecho humano y participan activa y públicamente en la búsqueda de soluciones alternativas y posibles a las distintas problemáticas sociales. La formación de una ciudadanía democrática y participativa es uno de los elementos básicos de la Cultura de Paz que consiste en un conjunto de ideas (derechos humanos y libertades fundamentales, democracia, ciudadanía, y sociedad civil, desarrollo) y de valores fundamentales (justicia social, igualdad, pluralismo, cohesión social, integración, protección de las minorías, solidaridad, paz y seguridad) que son comunes al conjunto de democracias modernas.
EDUCAR EN DERECHOS HUMANOS: BASE DE LA FORMACIÓN CIUDADANA
El aprendizaje ciudadano es un proceso a través del cual los miembros de la comunidad educativa adquieren un conjunto de competencias, construyen y conciertan valores y actúan a favor del ejercicio pleno de los derechos humanos, esencia del derecho humano a la paz. La educación en derechos humanos se basa fundamentalmente en una pedagogía de la responsabilidad y de la participación.
LA CIUDADANIA DEMOCRATICA, LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL, Y LOS COMPONENTES EDUCATIVOS DE LA CULTURA DE PAZ.
La educación intercultural no puede limitarse al descubrimiento de la alteridad y diversidad sino que debe producir en el alumnado la capacidad de actuar conforme a los derechos humanos e integridad en la formación de su personalidad, en las diferentes etapas de su desarrollo, la necesidad de luchar contra toda forma de discriminación. La perspectiva intercultural supone una interacción dialógica y el establecimiento de políticas sociales de promoción, de fomento de la participación y de mejora de la convivencia interétnica que se concreta en las finalidades educativas de los sistemas educativos de manera que la presencia viva de otras culturas diferentes a la cultura dominante no se silencie en el currículo.
CULTURA DE PAZ, DERECHOS HUMANO Y EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA DEMOCRÁTICA
La Cultura de Paz se define como el conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida que inspiran una forma constructiva y creativa de relacionarnos para alcanzar- desde una visión holística e imperfecta de la paz la armonía del ser humano consigo mismo, con los demás y con la naturaleza.
La educación en derechos humanos, se basa fundamentalmente en una pedagogía de la responsabilidad y de la participación, en cada una de las dimensiones anteriormente señaladas, que combinando la información, la formación y la acción, pretende el adecuado desarrollo intelectual y afectivo de las personas a través de métodos que contribuyen a fomentar cualidades, actitudes y capacidades que lleven a: 1/ Adquirir una comprensión crítica de los problemas mundiales; 2/ Resolver conflictos de manera pacífica; y 3/ Desarrollar el sentido de la responsabilidad social y de la solidaridad con los grupos más desfavorecidos.
El aprendizaje de la ciudadanía democrática reposa sobre distintas problemáticas sobre las que la educación se ha interesado generando distintos enfoques y modelos que, en general, comparten objetivos y contenidos idénticos. De esta forma si por educación cívica (en valores) se entiende la formación de los jóvenes para participar activa y responsablemente en base al respeto de los derechos humanos y en los valores y principios (igualdad, pluralismo, justicia...) que sostienen a los sistemas democráticos, los objetivos y contenidos de esta educación son semejantes a los del aprendizaje de la ciudadanía democrática.
CULTURA DE PAZ, DERECHOS HUMANOS Y EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA DEMOCRÁTICA
ResponderEliminarLa educación es un proceso global de la sociedad, y como tal, una herramienta básica de creación y regeneración de la cultura. Y esta ultima la cultura, el modo de pensar y de operar, lo que permite que las personas nos situemos activa y críticamente en el mundo, vivamos en él y lo construyamos a nuestra humana medida.
CONSTRUIR LA PAZ: FINALIDAD ÚLTIMA DE LA EDUCACIÓN
Convivir en paz es un derecho humano reconocido a través del cuerpo jurídico que sostiene la democracia y representa un gran desafía para la humanidad.
POSITIVACIÓN DEL DERECHO HUMANO A LA PAZ
La Declaración Universal de Derechos Humanos es una base muy importante para afirmar el reconocimiento del derecho a la paz como un derecho de la persona. Su artículo 28 propicia no solo la instauración de mecanismos internacionales de protección de los derechos humanos, sino que, según Victoria Abellán Honrubia (1998) constituye el fundamento jurídico de la formulación de nuevos derechos cuyo contenido y ejercicio son específicamente internacionales.
En estos momentos el derecho humano a vivir en paz, como derecho individual y como derecho colectivo constituye la piedra angular de todos los demás derechos humanos y de su interdependencia recíproca. Esto ha permitido su positivación jurídica y ha favorecido, por esta misma razón, que la paz represente la finalidad esencial del derecho a la educación y constituya la esencia del aprendizaje de la ciudadanía democrática.
LA CIUDADANIA DEMOCRÁTICA: UNA CONSTRUCCIÓN SOCIAL
Podemos definir a la ciudadanía, en relación con la cultura de paz, como el rasgo esencial que caracteriza a los miembros de una comunidad que favorecen la convivencia pacífica (justicia social), se comportan de acuerdo a los valores éticos que dicta la paz como derecho humano y participan activa y públicamente en la búsqueda de soluciones alternativas y posibles a las distintas problemáticas sociales.
La formación de una ciudadanía democrática y participativa es uno de los elementos básicos de la Cultura de Paz que consiste en un conjunto de ideas (derechos humanos y libertades fundamentales, democracia, ciudadanía, y sociedad civil, desarrollo) y de valores fundamentales (justicia social, igualdad, pluralismo, cohesión social, integración, protección de las minorías, solidaridad, paz y seguridad) que son comunes al conjunto de democracias modernas.
EDUCAR EN DERECHOS HUMANOS: BASE DE LA FORMACIÓN CIUDADANA
El aprendizaje ciudadano es un proceso a través del cual los miembros de la comunidad educativa adquieren un conjunto de competencias, construyen y conciertan valores y actúan a favor del ejercicio pleno de los derechos humanos, esencia del derecho humano a la paz.
La educación en derechos humanos se basa fundamentalmente en una pedagogía de la responsabilidad y de la participación.
LA CIUDADANIA DEMOCRATICA, LA EDUCACIÓN INTERCULTURAL, Y LOS COMPONENTES EDUCATIVOS DE LA CULTURA DE PAZ.
La educación intercultural no puede limitarse al descubrimiento de la alteridad y diversidad sino que debe producir en el alumnado la capacidad de actuar conforme a los derechos humanos e integridad en la formación de su personalidad, en las diferentes etapas de su desarrollo, la necesidad de luchar contra toda forma de discriminación.
La perspectiva intercultural supone una interacción dialógica y el establecimiento de políticas sociales de promoción, de fomento de la participación y de mejora de la convivencia interétnica que se concreta en las finalidades educativas de los sistemas educativos de manera que la presencia viva de otras culturas diferentes a la cultura dominante no se silencie en el currículo.
CULTURA DE PAZ, DERECHOS HUMANO Y EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA DEMOCRÁTICA
ResponderEliminarLa Cultura de Paz se define como el conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida que inspiran una forma constructiva y creativa de relacionarnos para alcanzar- desde una visión holística e imperfecta de la paz la armonía del ser humano consigo mismo, con los demás y con la naturaleza.
La educación en derechos humanos, se basa fundamentalmente en una pedagogía de la responsabilidad y de la participación, en cada una de las dimensiones anteriormente señaladas, que combinando la información, la formación y la acción, pretende el adecuado desarrollo intelectual y afectivo de las personas a través de métodos que contribuyen a fomentar cualidades, actitudes y capacidades que lleven a: 1/ Adquirir una comprensión crítica de los problemas mundiales; 2/ Resolver conflictos de manera pacífica; y 3/ Desarrollar el sentido de la responsabilidad social y de la solidaridad con los grupos más desfavorecidos.
El aprendizaje de la ciudadanía democrática reposa sobre distintas problemáticas sobre las que la educación se ha interesado generando distintos enfoques y modelos que, en general, comparten objetivos y contenidos idénticos. De esta forma si por educación cívica (en valores) se entiende la formación de los jóvenes para participar activa y responsablemente en base al respeto de los derechos humanos y en los valores y principios (igualdad, pluralismo, justicia...) que sostienen a los sistemas democráticos, los objetivos y contenidos de esta educación son semejantes a los del aprendizaje de la ciudadanía democrática.